David reconocía tanto el nombre de pacto de Dios (Jehová) y la posición de Yahvéh hacia Su pueblo (Señor). Era simple, directo, y una manera común de decir que “Nuestro Dios es nuestro Amo”. David también reconocía que, aunque Jehová era el Dios de pacto de Israel, Él también era el Dios de todos. Su nombre es glorioso en toda la tierra. Al mismo tiempo la tierra no era suficiente para medir la gloria y excelencia de Dios. Su gloria es sobre los cielos. En este primer versículo David consideró la grandeza de Dios por Su evidente poder y gloria en la creación, tanto en la tierra como en los cielos. Ahora él considera que el poder y la gloria de Dios pueden ser vistos en pequeños niños – niños y de los que maman – mientras la fortaleza de Dios es evidente para ellos. Es difícil el pensar de algo más débil e impotente que un bebé; pero el mismo Dios quien puede fundar fortalezas de la boca de los niños y de los que maman puede dar fortaleza y apoyo hacia mí en medio de mi debilidad.
La razón del porqué Dios muestra Su fuerza en vasos poco comunes es porque obran para callar al enemigo; Satanás y sus adversarios compañeros no tienen nada que decir cuando Dios obra poderosamente en una persona débil. Un ejemplo dramático de esto es la historia de Job. En ella Dios silenció las acusaciones de Satanás en contra de Dios y de Job, por la manera que Él sostuvo a Job con Su mano invisible en medio de una profunda debilidad. David conocía el valor de sencillamente ver la gloria de la creación de Dios. Él sabía cómo era el ver hacia el cielo estrellado y ver como el gran Dios ha hecho este universo tan grande y maravilloso. A simple vista alguien puede ver unas 5,000 estrellas. Con un telescopio de cuatro pulgadas alguien puede ver alrededor de 2 millones de estrellas. Con un espejo de 200 pulgadas de un gran observatorio, uno puede observar mil millones de estrellas. El universo es tan grande que, si alguien fuera a viajar a la velocidad de la luz, le tomaría 40 mil millones de años. El considerar los cielos nos hace el ver la grandeza de Dios.
Al considerar la grandeza de los cielos también hizo que David considerara cuan pequeño e insignificante relativamente es el hombre. El se preguntaba porque un enorme, grande Dios tendría memoria en seres tan pequeños. En efecto, al utilizar el método poético de la repetición, David repite la idea en un sentido más fuerte. Hijo del hombre es un título que enfatiza la “humanidad” del hombre, y podríamos decir que lo visites es aún más fuerte que tengas de Él memoria. David vio que Dios hizo al hombre poco menor que los ángeles, y esto es evidente en la manera que el hombre está debajo de los ángeles en la gloria presente, poder, y cercanía con Dios.
La palabra traducida a ángeles es Elohim, a menudo se refiere a Dios mismo. Pero aún los antiguos traductores de la Biblia del hebreo al griego entendieron que aquí elohim esta hablando de seres angelicales; y aún el escritor a los hebreos lo entendió. El hebreo para [ángeles] es simplemente ‘Dios’ o ‘dioses’ (‘Elohim’). De manera significativa, David no dijo que el hombre fuera “un poco mayor que las bestias,” aunque uno podría decir que es cierto. Los teólogos desde Tomás Aquino han notado que el hombre está en una posición media entre los ángeles y los animales; menor que los ángeles y aún mayor que los animales. Pero David correctamente mira hacia arriba y no abajo; aunque muchos piensan que la humanidad es más animal que angelical, David escribió: le has hecho poco menor que los ángeles. Aunque por un poco, mientras es menor que los ángeles, el destino del hombre un día es ser coronado con una gloria y honra que sobrepasa aúna los ángeles. Es el destino de los hombres y mujeres redimidos el ser un día levantados por encima de los ángeles.
David entendió la orden dada a Adán y Sus descendientes en la creación en Génesis 1:26 y 9:2. Por el decreto de Dios y por medio de una habilidad superior, el hombre si se enseñorea sobre las otras criaturas y recursos de la tierra. Como parte de esta autoridad, la humanidad tiene la responsabilidad de administrar sabiamente las criaturas y recursos en una manera que le dé a Dios gloria y sea para el bien del hombre. Esto significa que es erróneo el ver al hombre simplemente como parte de un ecosistema (y negando así a su Dios que le ordenó que se enseñoreara). También está mal que el hombre abuse del ecosistema, haciéndolo un mal administrador de aquello que finalmente le pertenece a Dios. El mandato de señorear le pide al hombre que use las criaturas y recursos de la tierra, pero que los utilice de una manera sabia y responsable.
David desarrolla la idea introducida en la primera línea de Salmos 8:6. El señorío del hombre se extiende a todo, incluyendo ovejas y bueyes, las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar. David comprendió que la posición del hombre en la creación dice mucho más sobre la gloria de Dios que sobre cualquier cosa de la gloria del hombre. Entendiendo que todo nos lleva a que alabemos a Dios, y no a los hombres.
Hay tres maravillosas e importantes verdades sobre el hombre la cual se encuentra en este Salmo; cuando estas verdades son negadas o descuidadas, el hombre jamás es lo que Dios quiere que sea. · Dios hizo al hombre. · Dios hizo al hombre con algo de gloria · Dios hizo al hombre para un destino sublime y digno.
Todos estos tres principios están arraigados en lo que Dios ha hecho del hombre; no existen ni son cumplidos de un plan u obra del hombre mismo. Este es el porqué, este glorioso Salmo sobre el hombre es aún más un Salmo sobre Dios. La característica más notable del Salmo 8, es su descripción del hombre y su lugar en el orden de la creación. Pero el salmo no comienza hablando acerca del hombre. Comienza con una celebración de la incomparable majestad de Dios. Él nos hizo para enseñorearnos por la palabra de creación. Él nos hizo reyes para con Dios por su sangre. Su nombre será, por lo tanto, honrado a través de toda la tierra.
Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.