Al llamar insensatos a los gálatas, Pablo no quiso decir que fueran deficientes moral o mentalmente. Pablo usó la antigua palabra griega “anoetos”, que tenía la idea de alguien que puede pensar, pero no usa su poder de percepción. Los gálatas sabían, cosas que se les habían enseñado. El conocimiento y la comprensión estaban ahí, pero no los estaban usando. Hechizó tiene la idea de que los gálatas estaban bajo algún tipo de hechizo. Pablo no quería decir esto literalmente, sino que sus pensamientos estaban tan nublados– y eran tan antibíblicos – que parecía que les habían lanzado algún tipo de hechizo. Los antiguos griegos estaban acostumbrados y temían la idea de que se les pudiera lanzar un hechizo por un ojo maligno. Se pensaba que el ojo maligno funcionaba de la misma manera que una serpiente podía hipnotizar a su presa con sus ojos. Una vez que la víctima miraba al ojo maligno, se podía lanzar un hechizo. Por lo tanto, la forma de vencer al ojo maligno era simplemente no mirarlo. Al usar esta expresión y la imagen verbal de hechizó, Pablo animaba a los gálatas a mantener sus ojos siempre fijos en Jesús.

La idea detrás de “ya presentado” es algo así como si estuviera colocado en una cartelera. Pablo se preguntaba cómo los gálatas pudieron haber pasado por alto el mensaje porque ciertamente él se los dejó lo suficientemente claro. Él no quiso decir que literalmente vieron la crucifixión de Jesús, ni siquiera que tuvieron una visión espiritual de ella. Quiso decir que la verdad de Jesús y de Él crucificado y la grandeza de Su obra para ellos fue claramente expuesta para ellos con tanta claridad que pudieron verlo. En realidad, ver la muerte de Jesús en la cruz podría no significar nada. Cientos, si no miles, vieron a Jesús morir en la cruz y la mayoría de ellos solo se burlaron de Él. Obviamente, los gálatas recibieron el Espíritu Santo a través de la simple fe. El Espíritu Santo no es un premio ganado por las obras de la ley.

Los gálatas fueron engañados pensando que el crecimiento o la madurez espiritual se podía lograr a través de las obras de la carne, en lugar de una fe simple y continua y permaneciendo en Jesús. Otra forma de decir el mensaje de Pablo es así: “Recibiste el mayor regalo–el Espíritu Santo de Dios–por fe. ¿Vas a partir de ahí, no por fe, sino confiando en tu propia obediencia bajo la Ley de Moisés?”. Esto establece una de las diferencias fundamentales entre el principio de la ley y el principio de la gracia. Bajo la ley, somos bendecidos y crecemos espiritualmente al ganar y merecer. Bajo la gracia, somos bendecidos y crecemos espiritualmente al creer y recibir. Dios trata contigo bajo el pacto de la gracia; no debemos responder sobre el principio de la ley. Satanás cultivó el engaño para desviar nuestra vida cristiana. Si no puede evitar que seamos salvos por fe, entonces intentará obstaculizar nuestra bendición, crecimiento y madurez por fe.

Aparentemente, los gálatas habían sufrido por el principio de la fe; probablemente a manos de cristianos legalistas. ¿Significaría su alejamiento del principio de la fe que este sufrimiento pasado fue en vano? Pablo se preguntaba si todos los dones del Espíritu que habían recibido no tendrían valor duradero porque trataban de andar por la ley, no por la fe. Dios suministraba el Espíritu Santo en respuesta a la fe. Los milagros son obra de la fe. Sin embargo, los gálatas fueron engañados al pensar que las verdaderas riquezas espirituales residían en buscar a Dios a través de una relación por obras. Entre los cristianos de Galacia, el impulso hacia una relación con Dios basada en las obras provenía de otros cristianos que nacieron como judíos y que afirmaban que Abraham era su antepasado espiritual. Por lo tanto, Pablo usó a Abraham como un ejemplo de ser justo ante Dios por fe y no por fe más obras Pablo cita aquí Génesis 15:6. Simplemente muestra que la justicia le fue contada a Abraham porque creyó a Dios. No fue porque realizara alguna obra y ciertamente no porque estuviera circuncidado, porque el pacto de la circuncisión aún no se había dado. Debemos tener cuidado de decir que la fe de Abraham no lo hizo justo. El Dios de Abraham lo hizo justo, al contarle su fe por justicia.  La experiencia de Abraham muestra que Dios nos cuenta como justos, debido a lo que Jesús hizo por nosotros, cuando recibimos lo que hizo por nosotros por fe. Algunos rabinos habían visto la importancia de la fe de Abraham. El énfasis es claro. Pablo estableció un punto importante y quería que cada uno de sus lectores lo entendiera. Pablo ordena a los gálatas que adquieran este conocimiento.

Ser hijos de Abraham era un gran consuelo para los cristianos gentiles que eran considerados como “cristianos de segunda clase” por otros. Ahora podían saber que, tenían un vínculo real e importante con Abraham y podían considerarse hijos de Abraham. Pablo habló de las Escrituras. Ya había hablado de su experiencia personal y de la experiencia de los mismos cristianos gálatas. Pero este pasaje es aún más importante, porque muestra cómo la enseñanza de Pablo es correcta según la biblia misma. Pablo observó que incluso en los días de Abraham estaba claro que esta bendición de la justicia por la fe estaba destinada a toda nación, tanto a los gentiles como a los judíos, porque Dios pronunció: “en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.

Pastor Carlos Umaña
Comunidad Cristiana Lifehouse.