Dios nunca bendijo a Israel cuando ellos adoraron a Baal, pero eso no les detuvo. Ellos fueron tras su idolatría, y le añadieron. En la antigua Israel, el sacrificio humano era casi siempre sacrificio de infantes. Oseas ya había hablado de esta horrible práctica. Vistos juntos, el pecado es una perversión total de valores. El trabajo de un artesano es elevado a un estatus divino; seres humanos sacrifican a sus descendientes a un objeto de metal muerto, de la cual le imploran su ayuda; las personas aceptan con adulación las imágenes de los mismos animales que utilizan para arar, trillar y transportar.
Debido a que Israel confiaba en sí mismo y en los ídolos, no pudieron permanecer. Ellos pasarían como el rocío de la madrugada. Israel cambió, pero Jehová Dios no. Él seguía siendo el único Dios y el único Salvador, y Su pueblo sería dejado desolado cuando le abandonaron. Es un aspecto extraño y terrible de la naturaleza humana que cuando los tiempos son buenos, a menudo nos olvidamos del Dios que nos bendice. Cuando los tiempos son malos, a menudo volvemos nuestro corazón a Dios.
Al final del Siglo XX, los Americanos estaban en una temporada de prosperidad sin precedente. Pero las estadísticas muestran que en la década de 1990 los feligreses dieron la mas pequeña porción de sus ingresos en contribución desde la Gran Depresión. Tristemente, a menudo, cuando estamos repletos es entonces que nuestro corazón se ensoberbece, y pronto nos olvidamos de Dios.
Cuando descuidamos y afrentamos a Dios mientras Él nos bendice, entonces enfrentaremos a menudo el castigo de la mano de Dios. No es debido a que Dios nos odie, sino porque hemos demostrado que nosotros únicamente nos volveremos a Él cuando los tiempos son malos.
Los tres mencionados – león, leopardo y oso – todos eran nativos de Palestina, y conocidos por su implacable manera de matar a su presa. Aún cuando Israel siente el aguijón de la mano castigadora de Dios, ellos aún pueden hallar ayuda de parte de Jehová, si solamente se volvieran a Él. Dios quería ser reconocido como el Rey de Israel, sin importar qué hombre se sentara en el trono real. Cuando ellos rechazaban a Jehová como Rey, Él les daba el tipo de rey que sus corazones querían y merecían, y aún usó a esos reyes para un juicio más profundo.
Los dolores de parto a menudo llegan de manera inesperada, son intensos, e incrementan en su dolor y duración. De la misma manera llegará el juicio sobre Israel. El pecado y juicio de Israel es grande, pero no más grande que la habilidad y poder de Dios para redimir. Él aún puede redimir de la muerte, para que la muerte y el Seol sean enemigos burlados y derrotados.
Pablo citó la traducción Septuaginta de Oseas 13:14 al describir nuestro triunfo sobre la muerte en nuestra participación en la resurrección de Jesús: ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
Al largo plazo, Israel verá la gloria de la redención de Dios y Su poder sobre el pecado y la muerte. A corto plazo, Israel será castigada por su rebelión en contra de Dios.
Pastor Carlos Umaña
Comunidad Cristiana Lifehouse