Sansón usa una quijada de burro para matar a mil Filisteos. Sansón era único entre los Jueces debido a que él era el “ejército de un solo hombre” en contra de los Filisteos. Otros Jueces de Israel dirigieron ejércitos en contra de sus enemigos, pero Sansón peleó solo, con esta asombrosa victoria, estamos conscientes de lo que él pudo haber hecho si hubiera cedido enteramente al ‘Espíritu de Jehová’ quien vino poderosamente sobre él, en lugar de ser gobernado grandemente por los fuegos de su propia pasión.
La declaración de la victoria audaz de Sansón tiene un toque poético que es difícil de traducir. Un esfuerzo sería como sigue: “¡Con la quijada de un asno los he juntado en un montón!” Y llamó a aquel lugar Ramat-lehi: Este nombre esencialmente significa “Monte de la Quijada.” Era obviamente un nombre apropiado para este lugar de la gran victoria de Sansón. Un predicador llegó con un sermón con cinco puntos sobre la quijada del asno, uniéndola con el arma del evangelio: Era un arma novedosa. Era un arma muy conveniente. Era un arma sencilla. Era un arma ridícula. Era un arma exitosa
Sansón necesitaba que el tener sed le recordara de su propia debilidad y necesidad justo después de una gran victoria. Después de una gran victoria necesitamos recordar nuestra mortalidad. Sansón mató a mil Filisteos, y los amontona, y luego el se esta muriendo por un poco de agua. Matthew Poole comenta sobre la gran sed de Sansón y dice: fue “parcialmente enviada por Dios, que por la experiencia de su propia impotencia él debiera de ser forzado de atribuir la victoria solamente a Dios, y no a si mismo.”
Abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó: Este es un ejemplo del principio de que la obra de Dios, hecha a la manera de Dios, siempre será provista por Dios. Aquí el Señor mostró Su fidelidad a Sansón al proveer las necesidades de Su siervo. En su sermón El Héroe que Desfallece, Charles Spurgeon señaló que el creyente puede ver un montón, y dos montones de enemigos derrotados: Montones de tus pecados, montones de tus dudas y temores, montones de tus tentaciones, montones de muchas tristezas. Pero, a pesar de todas estas victorias, nuevos retos llegarán, aún como una mortal sed y fatiga la cual superó a Sansón. A través de todo esto, Sansón pudo contar con el hecho que la victoria pasada era una promesa de la liberación futura. Con esa sencilla fe la cual era bien característica de Sansón, quien no era más que un niño grande, él volteó sus ojos al Padre celestial, y clamó, ‘Oh Jehová, tú me has dado esta gran liberación, ¿ahora moriré de sed? Después de todo lo que has hecho por mi, ¿los incircuncisos se regocijarán sobre mí debido a que moriré sediento de agua? Tal confianza tenía él, que Dios intervino por parte suya. ¡Ten buen ánimo, guerrero que desfallece! El Dios que te creó, y que te ha usado, conoce tu cuerpo, y lo que necesitas antes de que lo pidas.
Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.