Jefté hizo una pregunta sencilla: ¿porqué estas en la tierra de Israel? Quizás toda la disputa se podría resolver por medio de negociaciones y diplomacia en lugar de la guerra. El rey de Amón dio una simple respuesta, al decir que ellos estaban en Israel porque en realidad era su propia tierra, y que Israel se las quitó injustamente.
La respuesta escrita de Jefté hacia el Rey de los Amonitas explicó cuidadosamente el porque Israel tenía el derecho de las tierras las cuales los Amonitas reclamaban que eran de ellos. Jefté le recordó al rey de los Amonitas que ya que los Amorreos habían conquistado a los Amonitas y tomaron control de su tierra. Cuando Israel derrotó a los Amorreos en la batalla, ellos simplemente tomaron la tierra de los Amorreos – la cual también era anteriormente la tierra de los Amonitas. La guerra en contra de los Amorreos fue incitada por la viciosa guerra de los Amorreos en contra de civiles israelíes.
Jefté argumentó que, ya que Dios le dio esta tierra a Israel, los Amonitas no la reclamaron. Además, argumentó que el dios Quemos de los Amonitas se mostrara a si mismo digno para conquistar la tierra de Israel. Ya que Israel tuvo esta tierra por trescientos años, demostraba que Quemos no era más grande que el Dios de Israel. Los trescientos años es notablemente cerca al total de las figuras de los Jueces y los periodos de opresión dados hasta este punto. La figura exacta es de 319 años. Este era un reto inherente: “Si tu dios es lo suficientemente poderoso para darte la tierra, entonces deja que lo haga. Veremos quien es más fuerte – Yahveh o Quemos.
Jefté no vio primeramente esta batalla entre dos ejércitos, sino entre el Dios de Israel y el dios falso de Amón. Jefté mostró verdadera sabiduría al ver esto primero como una batalla espiritual. Quemos era tradicionalmente el dios de los Moabitas, no de los Amonitas. Pero ellos pudieron haber adorado a los dioses de cada quien, y también quizás consideraban a Quemos y a Milcom como al mismo dios, pero con nombres diferentes. Mas el rey de los hijos de Amón no atendió a las razones que Jefté le envió la respuesta lógica y razonable de Jefté no tuvo efecto sobre el Rey de Amón. La guerra era por lo tanto inevitable.
Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.