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Damasco es la famosa ciudad de Siria, uno de los vecinos de Israel al norte. Esta es una de las ciudades más antiguas que han sido constantemente ocupadas. La referencia a las “aguas” debe de ser figurativo, porque Siria no tenía costa en la época antigua. Algunas sugerencias a su significado son “intranquilos” o “en problemas”. En comparación con el poder de la emergente Babilonia, Damasco era débil y temblorosa. Ellos no podían hacerle frente al juicio venidero, y responderían en dolor y angustia.
Dios había honrado esta antigua ciudad, incluso llamándola la ciudad de mi gozo. Él notó que la ciudad no quedaba desierta de población como otras de las grandes ciudades de esa época. Ellos sufrirían una gran derrota y mortandad, e incluso las casas de Benadad serían quemadas, sin embargo, ellos no serían exiliados de la misma manera que Judá y algunas de las naciones vecinas. Los jóvenes y los hombres de guerra son los mismos. Ellos caerían en las calles de la ciudad y yacerían silenciosos en el día del juicio. Tal vez el más grande cumplimiento de esto será en el futuro. Los comentaristas han tenido dificultades en encajar estas profecías con cualquier evento registrado de Damasco.
Cedar describe a una tribu del Arabia, descendientes de Ismael. Isaías profetizó en contra de Cedar como si estuviera en medio de los árabes. Es probable que esta no sea la ciudad cananita conquistada por Josué. Una conexión más probable es la de Jueces 4, describiendo como Débora derrotó a Sisara, el comandante de los ejércitos de Jabín, Rey de Hazor en Jueces 4. Algunos comentaristas creen que era un asentamiento árabe al sur de palestina; otros lo toman como un nombre colectivo para las aldeas en los que los árabes semi nómadas vivieron. En todo caso Cedar y Hazor representan a los pueblos árabes, los cuales habían sido nómadas y después se establecieron y habitaron en aldeas, pero no en ciudades amuralladas. Un tercer grupo, los hijos de oriente, es conocido en otras partes del antiguo testamento. Estas personas están asociadas con los madianitas y amalecitas en Jueces 6:3, grupos nómadas que pillaban el territorio de Israel en la época de los jueces.
En el plan de Dios, Nabucodonosor conquistará Cedar. Ellos tomarán las riquezas de estos grupos nómadas, sus tiendas, ganados, cortinas, todos sus utensilios y sus camellos tomarán para sí. Esta descripción de las propiedades demuestra que ellos eran Esenios o árabes nómadas; personas que moran en tiendas, y cuyas propiedades principales son ganado, especialmente camellos, la totalidad de los cuales fueron saqueados por los caldeos. Dios le da una advertencia similar a Hazor, que era una nación rica confiada y pacífica, y aun así sería conquistada, saqueada, y sería soledad para siempre.
Elam es el antiguo nombre para algunas personas de Persia, un poderoso reino más allá de 200 millas al este de Babilonia, es la nación más distante a la que se hace referencia en Jeremías y es hoy el moderno Irán. Los persas fueron al principio aliados de los babilonios, y más tarde conquistarían al imperio babilonio. Esta profecía es dicha por su eventual conquista y caída. Los elamitas vivían muy lejos de Israel, pero no estaban fuera de la soberanía de Dios. Un texto roto en las crónicas babilonias podría indicar un choque entre Nabucodonosor y Elam en 596/4 AC para prevenir el avance elamita en Babilonia. Si la interpretación del fragmento del texto es correcta, la fecha de Jeremías de 597 AC. Que fue el año de la ascensión de Sedequías predeciría este evento. Isaías 22:6 hace referencia a el trabajo de los arcos de Elam en la conquista de Jerusalén, donde fueron aliados de los babilonios. Dios promete un día cuando Él quebrará el arco de Elam. Ellos eran eminentes arqueros; y habían adquirido su poder y eminencia por su hábil uso del arco. Dios promete que no solo conquistará Elam, sino que también esparcirá a toda su gente por el mundo.
Cuando el juicio llegó eventualmente sobre los persas a través del ejército griego, fue un desastre para su imperio. Dios va a demostrar su dominio y Su trono sobre ellos. Los babilonios nunca conquistaron Elam, pero Jeremías nunca dijo de forma específica que Nabucodonosor sería quien haría esto. Cuando se compara con otras profecías de Jeremías en contra de las naciones extranjeras, ésta en contra de Elam no menciona a Nabucodonosor, sino que se refiere solo a enemigos en general. Dios promete misericordia a las personas de Elam en los últimos días. Un cumplimiento de esto fue en el mensaje del evangelio y el nuevo pacto llegando y siendo recibido por las personas de Elam, los movimientos de las personas a través de los milenios los hace difícil de rastrear, pero la cortina se levantó un centímetro o dos en pentecostés quienes se encontraban entre la audiencia de Pedro en el pentecostés. Entonces la gracia irrumpe a favor de Elam, como para otros.
Philip Ryken tiene un buen resumen de este capítulo y lo que nos enseña acerca del juicio de Dios: “La riqueza no salvo a los amonitas. Ellos no fueron capaces de comprar su salida del juicio. La sabiduría no salvo a los edomitas, ni su poderío militar. La fama no salvó a los arameos porque Dios no se ve impresionado por las personas. La independencia no salvó al Bedouin; Dios los encontró en el desierto y los destruyó de igual manera. Las armas no salvaron a los elamitas.” Delante de Dios no hay nada que pueda salvar al hombre.
Pastor Carlos Umaña
Comunidad Cristiana Lifehouse.
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