Las siguientes leyes no fueron inventadas en el Monte Sinaí. Algunos aspectos de la Ley mosaica muestran una nueva revelación, pero en su mayor parte simplemente establece de manera clara y definitiva la ley de Dios tal como fue escrita en el corazón del hombre desde la época de Adán. Se ha dicho bien que los mandamientos son la naturaleza de Dios expresada en términos de imperativos morales. Este código moral basado en Dios distingue al Dios de Israel – el Dios de Abraham, Isaac y Jacob – de los dioses comúnmente adorados por mundo pagano en ese momento. A menudo eran tan inmorales o más inmorales que sus seguidores humanos. El código moral basado en Dios también establecía que este pueblo, esta nación de Israel, le pertenecía a Dios y no a Moisés. Dios estaba por encima de todo, y Su ley era y es la expresión de Su voluntad.

El Código de Hammurabi es otro conocido conjunto de leyes y principios de este mismo período aproximado. Hay algunas similitudes entre los Diez Mandamientos/Ley de Moisés y el Código de Hammurabi, pero las diferencias son aún más profundas. Mientras que Hammurabi menciona a los dioses de Babilonia, el énfasis esta claramente en él como el rey y el dador de la ley (con autoridad divina por supuesto). El Código de Hammurabi empieza página tras página con lo maravilloso que es Hammurabi y cuánto ha logrado. Hammurabi está claramente por encima de su propia ley, ya que él es la encarnación de la ley. Pero no era así con Moisés; el énfasis es claro: habló Dios todas estas palabras, y ningún hombre esta por encima de la ley.

En el mundo antiguo (incluyendo Egipto), los hombres adoraban a muchos dioses. Aquí Yahvé (Jehová), el Dios del pacto de Israel, se puso aparte de cualquiera de las otras supuestas deidades. En estas primeras palabras, Dios le recordó y le enseñó a Israel hechos o principios esenciales acerca de quién es Él, acerca de Su naturaleza. Dios está por encima de la naturaleza; No es simplemente la personificación del fuego, el viento, el sol, el cielo o cualquier otra cosa creada. Dios es personal; No es una fuerza despersonalizada; Se relaciona y se comunica con el hombre de una manera comprensible. Dios tiene una mente, una voluntad, una voz. Dios es bueno; Él había hecho bien a Israel y ahora les hace bien al darles estos mandamientos, cuya observancia no solo le agrada a Él, sino que realmente es lo mejor para la humanidad. Dios es santo; Él es diferente a los supuestos dioses de los paganos y, por lo tanto, también espera que Su pueblo sea diferente.

El segundo mandamiento prohibía no solo la idolatría con respecto a dioses falsos (superpuesto con el primer mandamiento), sino que también prohíbe hacer una imagen de cualquier cosa creada que podamos adorar (No te inclinarás a ellas, ni las honrarás). Ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra: En ese tiempo, así como en el nuestro, la adoración estaba estrechamente relacionada con imágenes – imágenes idealizadas, o incluso imágenes en la mente del hombre. Dios no nos permitirá que lo representemos con ningún tipo de imagen, ni que lo reemplacemos con ninguna imagen.

No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano: Hay al menos tres maneras en las que este mandamiento es comúnmente desobedecido. Profanación: Usar el nombre de Dios en blasfemia y maldición. Frivolidad: Usar el nombre de Dios de una manera superficial, de una manera estúpida. Hipocresía: Clamar el nombre de Dios, pero actuar de una manera que lo deshonra

El siguiente mandamiento es el de respetar el día de reposo (Sábado) como un día de descanso (no hagas en él obra alguna). Este reposo era para todo Israel – para el hijo y el siervo y el extranjero – aún para las bestias. Cuando Dios les dijo que se acordaran del día de reposo, Él les dijo que acordaran de descansar. El término ‘Sabbat’ se deriva del verbo hebreo descansar o cesar de trabajar. El propósito más importante del día de reposo era servir como una imagen preliminar del descanso que tenemos en Jesús.

Honra a tu padre y a tu madre: Este mandamiento es sabio y bueno, porque la honra de los padres es un pilar esencial para la estabilidad y la salud de toda la sociedad. Si las generaciones más jóvenes están constantemente en guerra con las generaciones mayores, los cimientos de la sociedad serán destruidos. Honrar a los padres incluye valorarlos, cuidarlos y mostrarles respeto o reverencia.

No matarás: En hebreo, como en español, hay una distinción entre asesinar y matar. Opuesto a matar, asesinar es quitar la vida sin justificación legal (ejecución después del debido proceso) ni justificación moral (matar en defensa propia). Jesús cuidadosamente explicó el corazón de este mandamiento. Él mostró que también nos prohíbe que odiemos a alguien más (Mateo 5:21-26), porque podríamos desear la muerte de alguien en nuestros corazones, pero nunca tener el valor de cometer el hecho. Es posible que alguien no mate por falta de coraje o iniciativa, pero que su corazón esté lleno de odio.

No cometerás adulterio: Claramente, el acto en sí está condenado. Dios no permite ninguna justificación para las formas que muchas veces buscan para justificar las relaciones sexuales extramatrimoniales. No debe hacerse, y cuando se hace es pecado y daña.

No hurtarás: Este mandamiento es otro importante fundamento para la sociedad humana, el cual establece el derecho de la propiedad privada. Dios claramente ha confiado ciertas posesiones a ciertos individuos, y no se les permite a otras personas o estados tomar esa propiedad sin el debido proceso legal.

No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.: El sentido principal de este mandamiento tiene que ver con el proceso legal. Sin embargo, es común hablar en un tribunal informal, donde lo que decimos se toma en serio y la verdad o el error son importantes para nosotros y para los demás.

No codiciarás: Los primeros nueve mandamientos se centran más en las cosas que hacemos; el décimo trata directamente sobre el corazón y sus deseos. Literalmente, la palabra codiciarás significa, ansiar algo. “La palabra hebrea: hamad, “deseo”, es en sí misma una palabra neutral. Sólo cuando se desvía hacia lo que pertenece a otro, ese ‘deseo’ se vuelve incorrecto”.

Este último mandamiento está estrechamente conectado con el primer mandamiento contra la idolatría: Porque sabéis esto, que ningún avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios (Efesios 5:5). Jesús dio una advertencia especial acerca de la codicia, la cual explica el núcleo de la filosofía de un corazón codicioso: Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee (Lucas 12:15).

Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.