Pablo es sin duda el escritor de la Carta a los Romanos lo hizo desde la ciudad de Corinto mientras pasaba el invierno allí en su tercer viaje misionero como está descrito en Hechos 20: 2,3. Cuando Pablo escribió el libro de Romanos, él había sido un predicador cristiano por unos 20 años. De camino a Jerusalén, él estuvo tres meses en Corinto sin deberes urgentes. Quizás pensó que este era un buen momento para escribir por adelantado a los cristianos en Roma, una iglesia que él planeaba visitar después del viaje a Jerusalén. Una variedad de comentaristas selecciona la fecha de escritura entre el año 53 al 58 d.C. Debemos notar que se estaba dirigiendo a una iglesia que no había visitado nunca, ni conocía personalmente, además una iglesia que estaba en la ciudad más grande del imperio más grande del mundo. Por eso escogió las palabras y las ideas con el máximo cuidado.
Romanos es diferente a muchas de las otras cartas que Pablo escribió a las iglesias. Otras cartas del Nuevo Testamento se enfocan más en la iglesia y sus retos y problemas. La carta a los romanos se enfoca más en Dios y en Su gran plan de redención. Hoy sabemos que la carta a los romanos fue muy apreciada por los cristianos en Roma; La carta de Clemente de Roma en el año 96 d.C. muestra una gran familiaridad con la carta de Pablo. Puede ser que Clemente la haya memorizado y que la lectura de ella se convirtió en parte de prácticamente cada reunión de la iglesia de Roma.
La auto identificación de Pablo es importante. Él es primeramente un siervo de Jesucristo, y luego llamado a ser apóstol. Se usaban varias palabras griegas antiguas para designar a un esclavo, pero la idea detrás de la palabra siervo (doulos) es “devoción completa y absoluta, y no la miseria con la cual el esclavo normal era identificado”. Un siervo de Jesucristo, es un título más alto que ser monarca del mundo. La idea de ser un apóstol es que eres un embajador o mensajero especial. El mensaje de Pablo es el evangelio (las buenas nuevas) de Dios. Es el evangelio de Dios en el sentido de que pertenece al Dios del cielo. Este no es un evangelio que Pablo inventó; él simplemente es un mensajero del evangelio de Dios. Cuando Pablo dice que fue apartado para el evangelio: Pablo pudo referirse aquí a su estado anterior como fariseo, el cual literalmente significa un separatista, o uno que está separado. Antes el fue separado para el servicio de su propia secta; ahora él esta separado para el Evangelio de Dios.
Otras cartas del Nuevo Testamento se enfocan más en la iglesia y sus retos y problemas; Romanos se enfoca más en Dios. Dios es la palabra más importante en esta epístola. Romanos es un libro acerca de Dios. Ningún tema es tratado con mayor frecuencia que Dios. Todo lo que Pablo toca en esta carta lo relaciona con Él. En nuestra preocupación por entender lo que el apóstol dice acerca de la justicia, la justificación y los temas similares, no debemos dejar de ver su tremenda concentración en Dios. La palabra “Dios” ocurre 153 veces en este libro; un promedio de una vez cada 46 palabras, esto es más frecuente que cualquier otro libro del Nuevo Testamento. En comparación, notemos la frecuencia de otras palabras utilizadas en Romanos: ley (72), Cristo (65), pecado (48), Señor (43) y fe (40). Romanos trata con muchos temas diferentes, pero tanto como un libro pueda ser, es un libro acerca de Dios.
Pablo introduce su evangelio a los romanos. Este evangelio no es algo nuevo, y no es una invención inteligente del hombre. El mundo de Pablo era muy parecido al nuestro, donde las personas preferían las “nuevas” enseñanzas y doctrinas. No obstante, Pablo no trajo algo nuevo, sino algo muy antiguo en el plan de Dios. Este es el centro del evangelio de Pablo, el “sol” en el cual todo lo demás gira alrededor. El centro del cristianismo no es una enseñanza no es un sistema moral, es una Persona: Se llama “Jesucristo”.
Hay un sentido en el cual Jesús era el Hijo de Dios en debilidad antes de su resurrección, pero el Hijo de Dios con poder de allí en adelante. Pablo dice que Jesús fue “declarado” esta palabra griega antigua (horizo) viene de la idea de “ligar, definir, determinar o limitar”, y de aquí vino nuestra palabra horizonte, la línea que determina la parte más lejana y visible de la tierra en referencia a los cielos. El evangelio de Pablo impacta a vidas individuales. No es una filosofía o teoría interesante, son buenas nuevas que cambian vidas. El evangelio le dio a Pablo y a la iglesia; gracia y apostolado, y una razón por la cual estos dos regalos fueron dados, fue para producir obediencia a la fe. El evangelio es lo suficientemente grande para todo el mundo; este debe de hacernos salir para impactar todas las naciones, demostrando que somos llamados a ser de Jesucristo.
Pablo termina con las palabras gracia y paz a vosotros, de Dios: Pablo se dirige formalmente a sus lectores con su saludo familiar, combinando el saludo griego de gracia con el saludo judío de paz. Esta gracia y paz no es el deseo amable de un hombre; son regalos, los cuales vienen de Dios nuestro padre y del Señor Jesucristo.
Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.