Si los sacerdotes no oyeren ni se arrepintieren, Dios promete el maldecir sus bendiciones. Esto puede ser una referencia a las “bendiciones” traídas hacia los sacerdotes por el pueblo, o las bendiciones sacerdotales que ellos daban hacia el pueblo. Todo su pecado retrocede hacia un formalismo hueco. Es una religión de emociones superficiales y de señales externas, no del corazón.

Los animales sacrificados aún tenían excremento en sus sistemas, y Dios dijo que esto debía ser quemado fuera del santuario (Éxodo 29:14). Aquí, Dios dice que “rozara sus narices en ello,” para que de esta forma ellos tengan que ser llevados afuera del santuario.  Esto muestra el motivo de la disciplina de Dios en contra de los sacerdotes impíos. Jehová esperaba que esto advertiría a los sacerdotes a retroceder hacia un respeto apropiado de Su pacto.

Dios le prometió a Levi que sus descendientes serían dispersados en Israel. Esto se convirtió en una maravillosa bendición cuando Levi fue designado como la tribu sacerdotal y los sacerdotes fueron rociados a través de todo Israel. Dios uso a Levi como un ejemplo para los sacerdotes en los días de Malaquías. Levi fue mostrado como un ejemplo de: Reverencia, alguien que conocía la Palabra de Dios, de carácter piadoso y preservando y promoviendo la Palabra de Dios. Los sacerdotes tenían una responsabilidad especial de retener y propagar la palabra de Dios. La palabra de Dios era dada a los sacerdotes para vida y paz, y así tendrán temor delante de Jehová.

Debido a que los sacerdotes debían retener y propagar la palabra de Dios, ellos lo debían de hacer en sabiduría, para que el pueblo pudiera buscar la ley de su boca. Los líderes debieran de ser mensajeros sabios de la palabra de Dios. Ellos debieron de haber retenido la palabra de Dios en sabiduría, reverencia, y obediencia. Pero ellos se apartaron del camino y, por lo tanto, hicieron tropezar a muchos en la ley. Y el pueblo les despreciaba.

Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.