Estas respuestas que dio no eran una aguda retórica de la inteligencia, sino las respuestas finales de una sabiduría que reveló la ignorancia de las preguntas. Jesús no buscaba estos grandes debates con los líderes religiosos. Quería enseñar a las personas y decirles acerca de las buenas nuevas de Dios. Y los interrogadores venían a Él, y Él les respondía con gran sabiduría y poder.
Jesús mostró gran coraje al valientemente entrar a Jerusalén y expulsar a los comerciantes corruptos del templo. Ahora los líderes religiosos querían saber con qué derecho Jesús hacía tales cosas, especialmente porque no tenía el entrenamiento rabínico tradicional. Este no fue el comienzo de la sospecha de Jesús por parte de las autoridades religiosas. Sin embargo, su limpieza del templo y la enseñanza en público hicieron que se preocuparan mucho más de Jesús. La enseñanza de Jesús, su predicación, y sin duda su limpieza del templo, fueron vistas por los oficiales como altamente controversiales, si no adversarias.
El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Al contestarles con esta pregunta, Jesús no evadió la pregunta. En su lugar, utilizó la pregunta para describir quien es Él y para exponer la hipocresía de los líderes. Si Juan venía de Dios, entonces él estuvo en lo correcto al proclamar a Jesús como el Mesías, y si esto era cierto, entonces Jesús tenía toda la autoridad. Dado que Juan, como Jesús, no era rabino, la respuesta de las autoridades hacia uno afectaría al otro.
Y respondieron que no sabían de dónde fuese: Esta respuesta demostraba que no eran verdaderos buscadores de la verdad. Les importaba más ganar el argumento en contra de Jesús que en conocer la verdad. Si no reconoces la autoridad cuando la ves, Él dijo, en efecto, ninguna discusión te convencerá de ella.
Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas: Cuando se demostraron que no eran sinceros buscadores de la verdad, Jesús se negó a responder su pregunta. Jesús tenía gran cuidado y compasión por el buscador sincero, pero no por los críticos cínicos y manipuladores. Si queremos respuestas de Jesús, debemos de lidiar justamente con la verdad que ya ha sido rebelada. Estos hombres sabían que Juan había dicho que Jesús era el Mesías, y no estaban dispuestos a aceptarlo.
Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.