Esta parece ser una ocasión distinta a la del capítulo anterior. Aquí Jesús enseñó a sus discípulos, no a las multitudes. De cualquier manera, mientras Jesús enseñaba a sus discípulos, un grupo de fariseos también escuchó. Un mayordomo era un administrador, especialmente a cargo de dinero o propiedad. En la historia que contó Jesús, el jefe del mayordomo escuchó que su administrador lo había engañado, y lo llamó a rendir cuentas. Todos tendremos que dar cuenta de alguna manera, y le daremos cuentas a Dios. Para cada uno de nosotros, nuestra mayordomía algún día llegará a su fin. Si Jesús no viene primero, todos moriremos y pasaremos de esta vida a la siguiente. Cuando el mayordomo supo que lo llamarían a rendir cuentas, supo que su mala gestión sería expuesta. También sabía que otras opciones no le eran atractivas, Cavar o mendigar. Entonces, el mayordomo se hizo amigo de los deudores de su amo al liquidar sus cuentas por menos de lo que realmente debían. Por lo tanto, el mayordomo, uso su posición actual para prepararse para la siguiente etapa de su vida.
Aunque no aprobó su conducta, el amo sí aprobó la inteligencia del mayordomo. Jesús agregó la idea de que los hombres de negocios de esa época eran más sabios, audaces y más directos en el manejo de lo que tenían, que el pueblo de Dios al manejar lo que ellos tenían. Algunos consideran esta como una de las parábolas más difíciles de Jesús, porque parece que Jesús usó a un hombre obviamente deshonesto como ejemplo para sus discípulos. Sin embargo, Dios a veces usa cosas malvadas que nos son familiares para ilustrar un punto en particular, sin alabar la cosa misma. De cualquier manera, el mayordomo deshonesto fue un buen ejemplo en varios puntos. Primero, sabía que sería llamado para dar cuenta de su vida y se lo tomó en serio. Los cristianos deben tomar muy en serio la idea de que serán llamados a rendir cuentas, y esa idea puede ser un gozo si trabajamos adecuadamente en los negocios de nuestro amo. En segundo lugar, aprovechó de su posición actual para asegurar un futuro cómodo. La evaluación de Jesús sigue siendo verdadera. Si buscamos el reino de Dios con el mismo vigor y celo que los hijos de este mundo buscan ganancias y placer, viviríamos en un mundo completamente diferente. Se podría decir que es para vergüenza de la iglesia que Coca-Cola sea más ampliamente distribuida que el evangelio de Jesucristo. Simplemente, esto sucede porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
Jesús transfirió el principio de la parábola, recordándonos que necesitamos usar nuestros recursos actuales para planear para la eternidad. La palabra riquezas, proviene de la palabra aramea mammon, que originalmente significaba “aquello en lo que uno confía”. Jesús las llamó riquezas injustas porque prometen mucho, pero hacen nada: levantan la esperanza y la confianza, pero engañan a ambas: al hacer que un hombre dependa de ellas para la felicidad, le roban la salvación de Dios y la gloria eterna. El mundo está lleno de planificadores financieros y consejeros; y es bueno para los cristianos aprender como usar su dinero sabiamente. En estas palabras de Jesús, el dinero es considerado “lo muy poco”. Por lo tanto, si una persona no puede ser fiel en manejar lo muy poco, no se debe confiar que serán fieles al manejar lo más. Si una persona no puede ser fiel delante de Dios con el dinero que Él le da, ¿cómo puede ser fiel en el cuidado de las personas? Desafortunadamente, cuando se trata de la pregunta ¿quién os confiará lo verdadero?, demasiados cristianos están dispuestos a confiar su cuidado espiritual a una persona que ni siquiera puede cuidar las riquezas injustas. Jesús parece referirse al hecho de que todas nuestras riquezas pertenecen a Dios, y debemos ver que estamos administrando Sus recursos. La fidelidad en esto resultará en bendiciones que serán nuestras. Entonces Dios está probando a los hombres al darles dinero, para que sepa que tanto puede confiarles en el mercado de la Nueva Jerusalén.
Tener dos señores no es como trabajar dos trabajos. Jesús tenía en mente la relación de esclavo y amo. Un esclavo no puede pertenecer a dos amos al mismo tiempo. Si crees que estas sirviendo de manera exitosa a dos señores, estás engañado. Uno puede tener tanto dinero, como a Dios; pero no se puede servir tanto al dinero como a Dios. Ciertamente, Jesús aquí habló acerca del corazón. Muchas personas pueden decir que aman a Dios, pero su servicio al dinero demuestra que, de hecho, no lo hacen. ¿Cómo podemos saber a quién o a que servimos? Una manera es a través de este principio: Tú harás sacrificios por tu Dios. Si tú te sacrificarías por el bien del dinero, pero no te sacrificarías por el bien de Jesús, no te engañes a ti mismo: el dinero es tu dios. Algunos piensan que solo porque no son ricos, no son esclavos del dinero. Pero no tienes que ser rico para servir a las riquezas; los pobres tienen igual de potencial para la codicia y la avaricia como los ricos. Cuando se sirve a Dios, Mammon es usado benéficamente. Cuando se sirve a Mammon, se ignoran las peticiones de Dios. El dinero poseyendo al hombre es la maldición más terrible, porque endurece su corazón y paraliza sus poderes más nobles. El dinero de un hombre poseído por Dios es una bendición, porque se convierte en el medio de expresar su simpatía con sus compañeros. La burla de los fariseos estaba basada en su propio interés. Eran avaros. Dios conoce nuestros corazones, cuando sirves a otro señor, es imposible ser justificado ante Dios, sin importar lo que piensen los hombres. Para algunas personas la idea de que Dios conoce vuestros corazones es un consuelo; para otros es una maldición. Dios juzga nuestros corazones con un conjunto diferente de valores. Los hombres pueden honrar a alguien por su riqueza o por su despliegue público de espiritualidad; pero Dios ve quienes son realmente. Jesús indicó que el ministerio de Juan el Bautista marcó el final de un gran aspecto de la obra de Dios. Desde entonces las buenas noticias de un nuevo pacto son presentadas, con un orden que es diferente de la ley, pero que cumple la ley. En los días de Jesús, había cientos de revolucionarios dispuestos a usar la violencia para traer el reino de Dios. Mientras no imitamos su violencia, sí imitamos su dedicación, su disposición al sacrificio y su pasión para ver reinar al Mesías. En un sentido, nosotros también estamos en guerra. Mientras Jesús hablaba del nuevo aspecto del trabajo de Dios comenzando después del ministerio de Juan el Bautista, no quería que nadie pensara que el nuevo aspecto del trabajo de Dios ignoraba o abandonaba la ley. Pero el nuevo orden en el que debemos dedicarnos no es un orden de rebelión; es un nuevo orden de sumisión y obediencia a Dios; Su nuevo orden cumple la ley. Por ejemplo, la ley sobre el matrimonio sigue siendo vinculante, sin importar cómo algunos rabinos intentaron cambiarla. Algunos rabinos enseñaron que, si una mujer quemaba el desayuno de su esposo, era razón aceptable para el divorcio. Otros consideraron que encontrar una mujer más bella era una razón aceptable para el divorcio. Como Jesús también enseñó que la inmoralidad sexual era una razón aceptable para el divorcio y más tarde el apóstol Pablo agregó que el abandono por parte de un cónyuge inconverso también era una razón aceptable. Debido a esas dos claras aceptaciones, debemos considerar las palabras de Jesús que se refieren a, el que repudia a su mujer sin ninguna causa bíblica y se casa con otra; esa persona adultera. Nuevamente, Jesús enfatizó el punto: bajo el nuevo pacto, Dios todavía se preocupa por Su ley y nuestra obediencia.
Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.