Cuarta y quinta estrofa: Lo oirán los pueblos, y temblarán. Moisés y los hijos de Israel sabían que la victoria también le decía algo a enemigos de Israel. Ellos se acobardarían cuando escucharan de las grandes cosas que Dios hizo por Israel. Unos cuarenta años después, Rahab la prostituta de Jericó les dijo a los espías de Israel: Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto (Josué 2:10). El pueblo de Canaán sí escuchó lo que Dios hizo por Israel y algunos respondieron con temor piadoso.

Después de tan grande victoria podemos percibir que Israel realmente creía esto, y realmente estaban listos para dejar que Jehová reinará sobre ellos. Este estado de victoria y sumisión no duró demasiado. Sin embargo, la verdad perdurable permanece – Jehová reinará eternamente y para siempre. Este Cántico de Moisés resuena hasta el Libro de Apocalipsis, donde una multitud que ha venido de un gran sufrimiento, ha experimentado una gran victoria y se encuentra a orillas de un gran mar, canta este cántico:

“Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado”.

El corazón, el espíritu de este cántico de Moisés suena sincero al pueblo de Dios, quienes quieren adorarlo y agradecerle por todo el bien que ha hecho por su pueblo. Cantan en vista de la liberación, la victoria, la defensa, la confianza. Es obvio, entonces, por las abundantes alusiones a este cántico en las Sagradas Escrituras, que está lleno de profundo significado espiritual. Nos enseña no solo a alabar a Dios por el derrocamiento literal de Egipto, sino a alabarlo por el derrocamiento de todos los poderes del mal y la liberación final de todos los escogidos.

Y María la profetisa, hermana de Aarón: Esta es la primera mención de María por su nombre, y es descrita como la hermana de Aarón, por lo tanto, también es la hermana de Moisés. Números 26:59 parece indicar que Moisés solamente tenía una hermana. Sabemos que fue su hermana quien supervisó la cesta cuando se puso en el río Nilo para preservar la vida de Moisés y quien arregló que la madre de Moisés fuera contratada como su nodriza. Basándonos en Números 26:59, podemos decir que ella era probablemente – y casi certeramente – María. Ella era la hermana mayor de Moisés. También vemos que María tenía algún tipo de don profético. Ella después usó su posición de liderazgo de una manera imprudente e impía – para retar a la autoridad de Moisés (Números 12). Y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas: En esta ocasión María dirigió al coro de mujeres.

Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.