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En los capítulos siguientes, Israel tendría mucho trabajo por hacer. Tendrían que construir un tabernáculo de reunión complejo y exacto. Sin embargo, antes de que hicieran algo, se les recuerda que debían entrar en el descanso de Dios y respetar el día de reposo. El mismo principio es válido para nuestro caminar con Dios. Todo lo que hagamos por el Señor debe surgir de nuestro descanso en Él y descansar en Su obra terminada a a favor de nosotros.

La estricta ley era que, si alguien trabajaba en ese día, morirá. Antes de que hicieran la obra de construir el tabernáculo, Dios primero llamó a Israel a la obra de simple obediencia. La obediencia básica es un requisito previo para trabajar para el Señor. Nos preguntamos ¿Por qué era necesario referirse con tanta frecuencia al día de reposo? La observancia era la mejor garantía de lealtad continua a Dios. El idioma hebreo tiene dos palabras para trabajo: avodah y melachah. Avodah es un término general que significa trabajo, mientras que melachah es una palabra más relacionada con los negocios y las cosas específicamente prohibidas en día de reposo. Se podría decir que aquí, Dios permitía que se hiciera algo de trabajo (avodah) en el día de reposo, pero no permitía ciertas cosas en el mismo día, especialmente las relacionadas con los negocios (melachah). Los judíos entienden como precepto el que prohíbe encender fuego sólo con el propósito de hacer trabajo o preparar víveres; pero para darles luz y calor, sí era lícito encender fuego en el día de reposo.

Ahora era el momento de hacer lo que Dios originalmente le ordenó a Moisés en Éxodo 25-31 con respecto a la construcción del tabernáculo y sus elementos asociados. Si es una duplicación, es deliberada, para señalar la lección de la fidelidad de Moisés al llevar a cabo la instrucción de Dios. Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová: Esta ofrenda provino del mandato de Dios, no de las hábiles técnicas de recaudación de fondos de Moisés. Esto muestra la forma usual de Dios de canalizar recursos para Su obra – mediante los regalos dados por su pueblo con un generoso corazón. Dios podía hacer que el dinero y los materiales aparecieran mediante un milagro. Sin embargo, eligió financiar su obra a través de las donaciones voluntarias de su pueblo. Él trabaja de esta manera porque necesitamos ser personas generosas.

Esta idea hace eco en 2 Corintios 9:7: Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Oro, plata, bronce, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo. Estos eran los materiales necesarios para construir el tabernáculo como se ordena en Éxodo 25-31.

Además, Dios ordenó que el trabajo para hacer el tabernáculo y su mobiliario viniera de todo sabio de corazón de entre los Israelitas. El tabernáculo, su tienda, su cubierta. Esto enumera los elementos del tabernáculo que deben hacerse, repitiendo Éxodo 25-31.

Pastor Carlos Umaña
Comunidad Cristiana Lifehouse.

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