Antes de que Dios le dijera a Moisés para que era la ofrenda, Él le dijo que la tomara. Dios quería que Israel estuviera motivado por un corazón dispuesto en vez de una necesidad específica. Nuestra ofrenda no debe ser, primordialmente, debido a la necesidad. Debemos de dar, ante todo, debido a que nuestro dispuesto corazón nos compromete a hacerlo. Dios es un Dios rico y usa cualquier método para proveer en lo que Él quiere. Pero a menudo Él usa el corazón dispuesto de Su pueblo para apoyar Su obra. Todo el material para la edificación del Tabernáculo sería provisto por el mismo pueblo. Y esto no es debido a que Dios no podía proveer de alguna otra forma. Sino que Dios quiere desarrollar corazones dispuestos entre nosotros. Cuando nos convertimos en dadores nos hacemos más como Dios, el cual es el gran dador: Por que de tal manera amó Dios al mundo que dio a Su único hijo (Juan 3:16).

Dios sólo quería las contribuciones de aquellos que dieran de su voluntad. Dios no esta interesado en ofrendas obligadas o manipuladas. La ofrenda no le pertenecía a Moisés, no le pertenecía a los ancianos, no le pertenecía ni a Israel. Dios dijo: Tomaréis mi ofrenda. La ofrenda le pertenecía a Dios, y estaba retenido por Moisés y la nación a favor de Dios. Cada ofrenda fue usada en la construcción de la estructura que Dios mandó a Moisés construir. Cada uno de estos materiales tiene una representación relevante simbólica o espiritual para la construcción.

En proporción al tabernáculo terminado, el valor en el día de hoy de esos materiales sumaría un total mayor a $13 millones. Su peso combinado sería alrededor de 19,000 libras (8,600 kilos). Los materiales usados: Azul: El tinte para este color era extraído de los crustáceos, y al parecer eran distintos tonos. Púrpura: El tinte para este color provenía del caracol murex. Era un color púrpura carmesí. Carmesí: El tinte para este color provenía de los huevos u cuerpos secos y hechos polvo de un gusano en particular (coccus ilicis) este se adhiere a si mismo a la planta de acebo. Lino fino: Este término traduce una palabra egipcia. Los egipcios sabían (y sin duda le enseñaron a los judíos) como hacer lino fino. Egipto destacó en la producción de lino, especialmente en lino torcido, en donde cada hilo era torcido de muchas hebras. Pelo de cabra: Las cubiertas hechas de este material era típicamente negro y grueso, similar al fieltro moderno. Pieles de carneros: se acostumbraba a quitar la lana y era como una piel fina. Pieles de tejones: Esta frase difícil para traducir también se pudiera referir a las pieles de las marsopas o de los manatíes (la vaca marina). Madera de acacia: Esta es una madera más dura y negra que el roble. También dura más debido a que los insectos que comen madera la evitan. Se sabe que la acacia abundaba en Egipto, y también abundaba en el Desierto de Arabia, el lugar en donde Moisés estaba cuando él construyó el tabernáculo; y por lo tanto es razonable el suponer que él lo construyó de esa madera, el cual era el más apropiado para su función. El propósito del tabernáculo era para ser el lugar de habitación de Dios. La idea no es que Dios exclusivamente vivía en ese lugar, pero era el lugar específico donde los hombres podían venir y encontrar a Dios. La palabra ‘tabernáculo’ (miskan) aparece por primera vez aquí, de todas las 139 veces que aparece en el AT. Proviene de la palabra ‘el habitar’ (sakan) y es el lugar en done Dios habita entre su pueblo.

Es evidente de que Dios no solamente describió el tabernáculo y los utensilios a Moisés, pero él le mostró algo de la estructura y diseño. Había una visión que estaba acompañada de estas palabras. El diseño del tabernáculo era de acuerdo a una realidad celestial. Era una copia y sombra de las cosas celestiales según hebreos 8:5. Por lo tanto, debía de hacerse de acuerdo a dimensiones exactas, siendo algo parecido a un “modelo a escala” del área alrededor del trono de Dios en el cielo.

El primer artículo que Dios le dijo a Moisés que hiciera fue el arca, el cual se llamó después el Arca del Pacto. Este era el más importante artículo asociado con el tabernáculo, modelo tomado del trono celestial de Dios. El Arca del Pacto era esencialmente una caja (un arca es una caja, no un bote). Estaba hecha de madera de acacia, cubierta de oro, 3 pies 9 pulgadas de largo; 2 pies 3 pulgadas de ancho; 2 pies 3 pulgadas de alto. El Arca no tenía manijas y no debería de ser cargada directamente con las manos. En lugar de ello debía de ser cargada insertando varas de madera cubiertas de oro en los anillos de oro a cada esquina de el Arca. Dios instruyó a Moisés de colocar el testimonio – eso es, una copia de la ley – en el Arca del Pacto.

El propiciatorio – en realidad la tapa de el Arca – debía de ser hecha de oro puro, y debía hacerse con la figura esculpida de querubines. En la imagen provista por el Arca del Pacto, era como si Dios habitara entre los dos querubines, y como si de allí se encontrara con Israel. En Israel un querubín simbolizaba el asistente y mensajero de los espíritus de Dios. Era como si Dios, al mirar hacia abajo desde Su lugar de habitación de entre los querubines, viera la ley en el Arca – y supiera de que nosotros somos culpables de haber roto Su ley. Pero la sangre expiatoria del sacrificio era rociada en el propiciatorio, para que Dios viera la sangre cubriendo lo que sería el quebrantamiento de Su ley – y así el perdón podía ser ofrecido. Es extraordinario que aún antes de que Dios le diera a Moisés las tablas de los Diez Mandamientos, Dios había hecho una provisión para los errores de Israel bajo la ley. Jesús es nuestra propiciación. Él es el lugar y ofrece los medios para nuestra redención.

Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.