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Con su premisa debajo del sol, excluyendo cualquier sentido de la eternidad o rendición de cuentas en una vida venidera – que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos. La creación puede decirnos quién es Dios; no nos dice muy bien que Dios nos ama.

No tenemos más que usar nuestros ojos sin prejuicios, según el Salmo 19 y Romanos 1:19 y sig., para ver que hay un Creador poderoso y glorioso. Pero se necesita más que observación para descubrir cómo está Él dispuesto hacia nosotros. Viendo más allá de esta perspectiva debajo del sol, podemos decir que no debemos medir el amor de Dios por lo que sucede en la vida. Medimos el amor de Dios por lo que Jesús hizo en la cruz.

El Predicador una vez más ha permitido que sus pensamientos sobre el poder soberano de Dios (en la mano de Dios) se conviertan en fatalismo (todo acontece de la misma manera). El proceso de pensamiento puede ser así: “Sé que Dios gobierna sobre todas las cosas”. Luego, “Parece que a todos les pasa lo mismo; todos mueren sin que se revele un significado real para su vida”. Finalmente, “El Dios todopoderoso quiere que sea así”.

Un mismo suceso ocurre al justo y al impío… como al bueno, así al que peca: Esto desarrolla la idea de Salomón de que todos comparten el mismo destino en esta vida nuestra sin sentido. Así es ciertamente como le parecían las cosas a Salomón con su premisa debajo del sol. Hablando desde su premisa, el Predicador dice que todos tienen la misma suerte, pero a él no le gusta. Está mal que un evento les suceda al justo y al impío.

Aparentemente, Dios simplemente no está interesado. Las cosas que se supone que le importan más a Él resultan no hacer ninguna diferencia, o ninguna que nadie pueda ver, en la forma en que somos eliminados al final. Morales o inmorales, religiosos o profanos, todos somos segados por igual.  Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto: Esto tiene perfecto sentido desde una perspectiva debajo del sol. Si toda existencia y conciencia terminan con la muerte, entonces lo único que importa es esta vida presente (y por lo tanto nada importa realmente).

Con un gran efecto poético, Salomón presenta la creencia de que toda la existencia y la conciencia terminan con esta vida. Desde fuera de su premisa debajo del sol, vemos un toque de humor en el análisis del Predicador. “La vida carece por completo de sentido, y nuestra muerte y destino comunes lo demuestran. Así que olvídate de todo lo que he dicho y diviértete”. Es poca esperanza la que da a hombres y mujeres desesperados, pero es lo mejor que puede hacer.

Dado el reciente énfasis en el poder soberano de Dios sentimos tanto fatalismo como deseo en esta declaración. Tal vez el sentido sea: “tus obras ya son agradables a Dios – espero; porque si no lo son, no hay nada que puedas hacer al respecto”. Claramente, Salomón sabía que disfrutar de las cosas buenas a nuestra disposición en esta vida – pan, vino, vestidos, comodidades, y la mujer que amas– nada de esto quitaba el sinsentido de la vida. “Haz la vida de tu vanidad un poco mejor”, aconsejó.

Las vestiduras blancas y el aceite para ungir hacen que la vida sea más cómoda en un clima cálido.  Las exigencias del matrimonio incluyen la entrega de afecto, la búsqueda activa del disfrute y un aliento de por vida en medio de las responsabilidades y deberes de la vida.

Predicador continuó dando consejos destinados a sacar lo mejor de la mala situación de la vida debajo del sol. Podemos aplicar la actitud reflejada en Eclesiastés 9:10 a nuestro presente servicio a Dios, y hacerlo según tus fuerzas. Ningún hombre ha servido a Dios haciendo las cosas mañana.  El hombre no fue creado para estar ocioso, no fue elegido para estar ocioso, no fue redimido para estar ocioso, no fue vivificado para estar ocioso, y no está santificado por la gracia de Dios para estar ocioso.

Pastor Carlos Umaña
Comunidad Cristiana Lifehouse.

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