Pedro nos exhorta a tener la mente despejada (sobrios) y alertas (velad), porque Satanás aún no ha sido atado y restringido por 1,000 años como dice Apocalipsis 20:1-2 que estará. En el tiempo presente, el diablo anda alrededor, él tiene acceso a ti en todas partes; el conoce tus sentimientos y tus propensiones, y se informa a si mismo de tus circunstancias; solo Dios puede saber y hacer más que él, por lo tanto, debes de echar tu carga sobre Dios. Para los cristianos, satanás es un león quien tal vez ruja, pero se le han quitado los colmillos en la cruz (Colosenses 2:15). No obstante, el sonido de su rugir – sus mentiras engañosas – son potentes y tienen el poder para devorar almas y robar a los cristianos de su eficacia. El Salmo 91:3 sugiere que satanás puede venir a nuestra contra como un cazador de aves. El cazador de aves siempre es callado y reservado, nunca queriendo revelar su presencia. 2 corintios 11:14 nos dice que satanás puede venir a nosotros como un ángel de luz, pareciendo glorioso, bueno y atractivo. Pero otras veces, nos dice Pedro, satanás viene a nosotros como un león rugiente, ruidoso e intimidante. Notamos el objetivo de satanás: buscando a quien devorar. Él no solo busca lamer o mordisquear a su presa; él la quiere devorar. Él nunca va a estar contento hasta que vea al creyente absolutamente devorado. Él lo rompería en pedazos, y quebraría sus huesos y los destruiría por completo si pudiera. Por lo tanto, no disfrutes de la idea, que el objetivo principal de satanás es hacerte miserable. Él se place de eso, pero eso no es el gran fin para él. Algunas veces hasta puede que te haga feliz, porque él tiene venenos delicados y con sabor dulce los cuales le administra al pueblo de Dios. Si él piensa que nuestra destrucción puede lograrse mejor por dulces que por amargos, ciertamente preferiría a aquel que tenga el mejor efecto al final.

El secreto de la guerra espiritual es fácil, resistid firmes. A medida que estamos firmes en la fe, resistimos las mentiras, amenazas e intimidación del diablo. Resistid viene de las palabras griegas antiguas: estar de pie y en contra. Pedro nos dice que estemos de pie en contra de satanás. También tomamos confianza al saber que nunca estaremos solos en nuestra guerra espiritual. Nuestros hermanos y hermanas en Cristo han peleado, y están peleando, las mismas batallas.

Pedro, estaba consciente de que el sufrimiento y peligro que los cristianos enfrentan, solo puede concluir con la oración. Él le pide a Dios que haga Su trabajo de perfeccionar, afirmar, fortalecer y establecer. Estas cosas son la obra de Dios en nosotros y por medio de nosotros. Pedro personalmente sabía lo inútil que es el enfrentar el sufrimiento y peligro en nuestras propias fuerzas. Su propia falla le enseñó la necesidad de depender constantemente en la obra de Dios en nuestras vidas, así que ora por sus queridos amigos cristianos. Desearíamos que fuéramos llamados a Su Gloria eterna por medio de Su plan “sin sufrimiento”. Pero Dios usa el sufrimiento para perfeccionar, afirmar, fortalecer, y establecernos. El Dios que puede hacer esta gran obra en nuestras vidas ciertamente es digno de alabar.

La conclusión de la carta probablemente fue escrita por la misma mano de Pedro, de acuerdo con la costumbre de ese tiempo, él había dedicado la mayor parte de la carta a Silvano. Este hombre Silvano probablemente era el mismo conocido como Silas en muchas de las cartas de Pablo. Pedro resumió su mensaje como una exhortación para entender u reconocer la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis. No solo debemos de entender que es la gracia de Dios, sino que la gracia es el lugar presente en el cual estamos parados ante Él.

Aparentemente Pedro escribe desde Babilonia. Probablemente sea literalmente la ciudad de Babilonia (la cual aun existía en el tiempo de Pedro) o tal vez sea una manera simbólica de referirse a Roma o Jerusalén. Estas eran dos ciudades que en el tiempo de Pedro eran famosas por su perversidad y rebelión espiritual exactamente como la Babilonia antigua. En cualquier sentido, esta es una iglesia mandando saludos a otra.

Y Marcos mi hijo, os saludan: Este versículo conecta a Marcos con Pedro, aparentemente el mismo Marcos Hechos 12:12, 12:25, y 15:37-39. Cuando el estilo y la perspectiva del Evangelio de Marcos se toman en cuenta, muchos piensan que Pedro era el recurso primario de información para el Evangelio de Marcos.

Saludaos unos a otros con ósculo de amor: Pedro concluye con la orden de saludar y demostrar el amor de Dios los unos con los otros, y por pronunciar una bendición de paz. Estas dos cosas – amor de los unos a los otros y paz – son especialmente necesarios para aquellos que están pasando por tiempos de sufrimiento y peligro. Debe de notarse que los apóstoles no son quienes iniciaron con este tipo de saludo; la costumbre ya prevalecía. Santificaron su uso como una expresión del amor cristiano.

Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.