Pablo escribe a los cristianos corintios en la forma en la que escribiría a muchas congregaciones hoy en día: cuando se congregan, ¡no es para lo mejor, sino para lo peor!  Tienen a favor que ellos se reunían; algo olvidado por muchos cristianos hoy en día, en desobediencia de acuerdo a hebreos 10:25; pero tristemente, no era para lo mejor, sino para lo peor. Una gran parte del problema con las reuniones de los cristianos corintios era que había divisiones entre ellos – algo que Pablo escuchó, y podía creer, sabiendo la historia y el carácter de los cristianos en Corinto. Pablo ya ha tratado con el problema de divisiones entre los cristianos corintios en 1 Corintios 1: 10-17.   Ahí, el enfoque fue más teológico; aquí es más práctico, tratando con el problema de división tal y como se muestra en los cristianos corintios durante sus reuniones. Usualmente pensamos que disensiones y divisiones entre cristianos no son nada más que un problema. Pero Pablo revela un propósito que Dios tiene al permitirlo.  Dios permite disensiones para que, aquellos que realmente pertenecen a Dios se hagan evidentes.

En esto, Pablo se refiere a la costumbre de la iglesia primitiva de combinar el festín del amor (como una cena de platillo compartido) y la Cena del Señor. Debido a que el Jesús resucitado a menudo comió con Sus discípulos, tenía sentido para la iglesia primitiva el comer juntos, y esto iba junto con celebrar la Cena del Señor. Tristemente, los cristianos corintios estaban actuando egoístamente en sus comidas comunes y estaban deshonrando su observancia de la Cena del Señor. En la iglesia moderna, la Cena del Señor es celebrada comúnmente en una atmósfera de dignidad. Pero los cristianos de Corinto venían de una cultura donde los paganos comúnmente tenían banquetes salvajes y ruidosos hechos en honor a un dios pagano. Es por esto que no parece extraño a los cristianos corintios aun embriagarse en la cena común de la iglesia.

El problema es que, entre los cristianos corintios, algunos eran más ricos que otros, y los más pobres estaban siendo ignorados. En aquel tiempo, en las comidas comunes, se esperaba que la “clase alta” recibiera más y mejor comida que la “clase baja.” Esta costumbre cultural se estaba llevando dentro de la iglesia, y los cristianos no estaban compartiendo realmente el uno con el otro. En el festín ágape, el rico traía más comida y el pobre menos; pero no estaban compartiendo la comida justamente. El mensaje de Pablo era tanto fuerte como claro. “Si quieres comer o beber egoístamente, ¡hazlo en casa!” Pablo aclara: No os alabo es repetido tres veces en esta pequeña sección. ¡El apóstol no está feliz con los cristianos corintios en este punto!

Pablo no acaba de inventar esto, él lo recibió del Señor. Eso vino a él del Señor ya sea personalmente por revelación o a través de los apóstoles. Otros piensan que él lo recibió de los escritos de Lucas; porque las palabras son citadas de acuerdo con su Evangelio. Es verdad que, lo recibió del Señor; aunque no sepamos con certeza cómo. Pablo, cuando recuerda los eventos de la noche antes de la crucifixión de Jesús, recuerda que Jesús no solo fue ejecutado por un poder extranjero, Él fue traicionado por los suyos. En teología, y en la costumbre de la iglesia, la Cena del Señor es llamada a menudo la eucaristía. Esta palabra viene de la frase griega usada aquí para “dando gracias”. Al conducir un servicio de comunión, Pablo pone énfasis en recordar a Jesús, en lo que dijo acerca del significado de Su propia muerte por nosotros. Recordamos que la Última Cena era en realidad la comida de Pascua, cuando Jesús, junto con sus discípulos, de acuerdo con los mandamientos bíblicos y las tradiciones judías, celebraban la remembranza de la liberación de Israel de Egipto a la Tierra Prometida, comenzando en el libro de Éxodo.

El partimiento del pan y el beber el vino eran partes importantes de la celebración de la Pascua. Jesús tomó estas ilustraciones importantes y recordatorios de la liberación de Egipto de Israel, y añadió a ellos los significados conectados con Su propia muerte en la cruz por nosotros. Al tomar el pan, somos llamados a recordar a Jesús que por vosotros es partido. La cena de Pascua tendría pan sin levadura, hecho sin levadura tanto porque es imagen del pecado y corrupción en la Biblia, y porque en pan, la levadura necesita tiempo para trabajar – y en su prisa por salir de Egipto, los israelitas no tuvieron tiempo de dejar su pan inflarse. Al recibir la copa, somos llamados a recordar la sangre de Jesús y el nuevo pacto. La cena de Pascua representaba muchas copas de vino, cada una con un titulo diferente. La copa a la que Jesús se refirió es conocida como la copa de redención, y Jesús añadió al recordatorio de redención de la esclavitud de Egipto la idea de que Su sangre confirma un nuevo pacto el cual cambiaría nuestra relación con Dios.

¿De que se trata el nuevo pacto?  Todo se trata de una transformación interna, que nos limpia de todo pecado (porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jeremías 31:34), y pone la Palabra de Dios y Su voluntad en nosotros (Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón (Jeremías 31:33). Todo es acerca de una nueva y cercana, relación con Dios (y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jeremías 31:33). Por lo que Jesús hizo en la cruz, podemos tener una relación con un nuevo pacto con Dios – pero muchos de nosotros vivimos como si no hubiera transformación interna; no hay limpieza del pecado; no hay palabra ni voluntad de Dios en nuestros corazones; no hay una nueva y cercana relación con Dios. Bíblicamente, podemos entender que el pan y el vino no son simplemente símbolos, sino que son poderosas ilustraciones para tomar parte de, entrar en, mientras vemos la mesa del Señor como la nueva Pascua. Anunciar es la misma palabra traducida predicar en otros lugares. Cuando tomamos la comunión, estamos predicando un sermón – a Dios mismo, al diablo y todos sus aliados, y al mundo que mira. Mientras partes el pan e inclinas tu corazón delante de Él, ¿qué clase de sermón estás predicando?  Con frecuencia hemos partido el pan juntos alrededor de la mesa del Señor, y después nos fuimos a hacer justo lo que aquellos discípulos hicieron – lo negamos.

Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.