Pablo da una palabra de advertencia en cuanto a los engañadores y divisores. Esto tiene en mente a aquellos que dividen al pueblo de Dios y causan tropiezos además aquellos que engañan al pueblo de Dios. Una vez que se hayan notado o sean marcados, se deben evitar. Esto es esencial para el propósito de Dios en la iglesia. La verdad sin unidad lleva al orgullo; la unidad sin verdad lleva a un alejamiento del verdadero evangelio. Cada uno de estos debe ser evitado. El tono aquí sugiere lo importante que esto era para Pablo; Es muy posible que Pablo haya escrito estas palabras y después le haya devuelto la pluma a Tercio para una posdata. Algo inusual sucedió al final de esta carta, y este es un entendimiento muy posible de ello.
A los perros locos se les dispara; a las enfermedades infecciosas se les pone en cuarentena; pero a los maestros malvados, quienes dividirán para su propia destrucción y atraerán a los santos con enseñanzas contrarias a la doctrina de Cristo y Sus apóstoles son tolerados en todas partes. La advertencia es necesaria porque estos divisores y engañadores no se anuncian a ellos mismos. Usan suaves palabras y lisonjas y siempre apuntan a los ingenuos: usualmente a aquellos que son jóvenes en la fe. Esto muestra que los divisores y engañadores no afectan a todos. No debemos esperar hasta que todos estén dispersos o engañados para que nos preocupemos por los divisores y los engañadores. Los divisores y engañadores nunca quieren parecer egoístas. Típicamente, se perciben a sí mismos como nobles en cruzadas por una gran causa. Sin embargo, por más que aparenten, sus motivos son esencialmente egoístas y carnales. Esto significa que, en cuanto a los divisores y engañadores, no es que los romanos deben corregir una mala situación. Ya están lidiando bien con estas situaciones, y Pablo siente gozo por ello. Pero deben permanecer diligentes contra los ataques de los divisores y engañadores. Esta es la mejor defensa contra ellos. Es más útil conocer el bien que conocer el mal, aprender de lo genuino en lugar de lo falso.
Cualquier iglesia con la reputación de los romanos, que se mantenga en guardia contra los divisores y engañadores, verá a Dios aplastar en breve a Satanás bajo vuestros pies. Vemos que Dios hace el aplastamiento, pero Satanás termina bajo los pies de los creyentes. Por supuesto, esto no sucederá hasta que Satanás sea atado y arrojado al abismo según lo entendemos en Apocalipsis 20: 1-3; pero cada victoria que Dios gane por nosotros ahora es una vista previa de ese evento.
Saludos de aquellos en Corinto con Pablo. Timoteo correctamente alcanza la primera mención, siendo uno de los asociados más cercanos y confiados de Pablo. Tercio era el escriba de Pablo mientras el apóstol dictaba la carta. Esta era la práctica normal de Pablo al escribir las cartas a las iglesias, pero esta es la única carta en donde el secretario de Pablo es mencionado por nombre.
Gayo: Este hermano tenía tal reputación de hospitalidad que Pablo puede decir que le tenía como hospedador mío y de toda la iglesia.
Ahora, en la Conclusión a la carta Pablo da alabanza a Dios. Con todos los peligros que enfrentaban los romanos -y cada iglesia- Pablo apropiadamente concluye al recomendarles al que puede confirmarlos. Pablo también sabe que esto será hecho según el evangelio y la predicación de Jesucristo. Pablo da a entender esto como todo el plan de redención por medio de Cristo Jesús. A pesar de que Dios anunció gran parte del plan previamente por medio de la profecía, su obra final no fue evidente hasta que Dios la reveló por medio de Jesús. Ahora que el misterio ha sido rebelado por medio de la predicación del evangelio, Dios llama a todas las gentes para que obedezcan a la fe. En esta conclusión, Pablo reflexiona sobre la sabiduría del plan de Dios en el evangelio y el hecho de que tal sabiduría va más allá de los hombres. Dios tenía un plan que ningún hombre idearía, pero la sabiduría y la gloria de ese plan son evidentes.
Si hay algo que el libro de Romanos explica de principio a fin es la grandeza y gloria de este plan de Dios el cual Pablo predicó como evangelio, como buenas nuevas. Es totalmente apropiado que Pablo concluya esta carta alabando al Dios de tal evangelio. El evangelio que Pablo predicó presentó al Dios que eligió glorificarse a Sí mismo por medio de la persona y obra de Jesucristo, y que se glorificará a Sí mismo de esa manera para siempre. ¡Amén!
Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.