Parecería loco el pensar que un hombre le pueda robar a Dios. ¿Qué podría alguien robar de Dios? El Señor lo pone en claro – ellos robaron a Dios al retener sus diezmos y ofrendas. Robar a Dios Es una expresión de asombro, porque es una cosa muy retadora de hacer, porque es vergonzosamente desagradecido, porque es insensatamente auto destructivo y porque ciertamente será castigado. Dios le llama robo porque ellos tenían una posesión ilícita de lo que le pertenecía a Él. No es solamente debido a que los diezmos y ofrendas le pertenecieran a Dios. De hecho, todo lo que tenemos le pertenece a Dios. Pero Dios no nos ordena normalmente que demos todo lo que le pertenece a Él; Él permite que nos quedemos con algo, como mayordomos por parte de Él. Pero los diezmos y ofrendas son diferentes; no se nos dan a nosotros para que las administremos – eso pertenece a lo que el Señor llama mi casa, la casa del Señor. Si tú das un diezmo – esto es, 10% de tu ingreso o bienes – para Dios, no es como si el resto del 90% es tuyo para usarlo como quieras. Todo le pertenece a Dios, pero Él permite que administres el restante 90%.

La Ley de Moisés tiene un sistema detallado de dar basado en el diezmo. Deuteronomio 14 es uno de los pasajes que describe este sistema. Si fracasabas en pagar tu diezmo, eras juzgado con una pena del 20% (Levíticos 5. 22. 27). Sin embargo, el diezmo precedía a la ley (Génesis 14:18-20). Debido a que el pueblo de Dios no daba como Él ordenaba, Dios no les bendecía materialmente ni espiritualmente de la manera que Él lo hubiera hecho. Sus tacaños corazones estaban lejos de Dios, porque Dios es el máximo dador. Muchas personas con problemas financieros fracasan en hacer lo más importante primero: obedecer y honrar a Dios con sus recursos. Cuando ponemos a Dios y a Su reino primero, Él promete satisfacer nuestras necesidades (Mateo 6:33). Esta era la respuesta de sus problemas, el hacer en realidad lo que Dios les había ordenado que hicieran, el traer todos los diezmos a Dios. No era que ellos no le dieran nada a Dios; ellos simplemente no traían todos los diezmos delante de Él. No se deben de quedar cortos en dar a Dios todo lo que Él pide.  Bajo el Nuevo Pacto, ¿estamos bajo un mandamiento similar de dar diezmo? En ninguna parte del Nuevo Testamento específicamente se ordena el dar diezmo, pero ciertamente habla positivamente de ello, si es hecho con un corazón correcto En Lucas 11:42.

También es importante el entender que el diezmo no es un principio que depende en la Ley de Moisés.  Hebreos 7:5-9 explica que el diezmo era practicado y honrado por Dios antes de la Ley de Moisés. Lo que el Nuevo Testamento sí menciona con gran claridad es el principio de dar. 1 Corintios 16:1-4 pone en claro que nuestra dar debe ser: Periódico, planeado, proporcional y privado. También 2 Corintios 9 nos dice que el dar debe ser: Generoso, con libertad y alegre. Ya que el Nuevo Testamento no enfatiza el diezmo, uno podría no ser estricto en cuanto a eso con los cristianos (aunque algunos cristianos si discuten en contra de los diezmos por un interés propio). Sin embargo, el dar debe ser proporcional, así que debiéramos de dar algún porcentaje, así que el 10% es un buen punto de referencia. Para algunos el 10% en realidad debería ser el principio de su ofrenda. Si nuestra pregunta es, “¿qué es lo menos que puedo dar y aún así agradar a Dios?” entonces nuestro corazón para nada esta en el lugar correcto. Deberíamos de tener la actitud de algunos cristianos primitivos, quienes esencialmente decían: “No estamos bajo el diezmo – ¡podemos dar más!” El ofrendar y la administración financiera son asuntos espirituales, no solamente asuntos financieros. El propósito del diezmo primordialmente era para apoyar a los sacerdotes que ministraban delante de Jehová. Cuando el pueblo no traía sus diezmos, los sacerdotes no eran apoyados apropiadamente, y no había suficiente alimento para ellos en la casa del Señor. El diezmo en Israel también debía de ser usado para ayudar a los pobres, y una vez cada tres años algo de ello era apartado para ese mismo propósito (Deuteronomio 14:28-29). Pero el propósito principal era para apoyar a la tribu de Levi y los sacerdotes (Deuteronomio 14:27).

El mismo principio es llevado al Nuevo Testamento. Algunos piensan que un ministerio pagado es una abominación delante de Dios, pero Pablo puso en claro que no solamente los ministros merecen ser apoyados por aquellos que ministran (1 Timoteo 5:18, 2 Corintios 9:4-14) sino también que su apoyo es aún más digno que los pobres (1 Timoteo 5:17). Sin embargo, Pablo voluntariamente cedió su derecho de ser apoyado cuando él pensaba que era mejor para el evangelio hacer eso (2 Corintios 9:12, 9:15).

Es difícil el encontrar un pasaje comparable de Escritura – donde Jehová le ordena a Su pueblo que le pruebe. Aquí, en cuanto al dar y Su bendición de ello, Él le dice a Su pueblo “probadme ahora en esto.” “Ve si me puedes dar y ser más pobre por ello. Ve si puedes dar más que Yo. El contexto de las palabras de Dios sobre los diezmos es la enseñanza de que Dios es fiel. El asunto de los diezmos es solamente una ilustración de esa enseñanza. La respuesta que Dios promete cuando Su pueblo da como Él les dice que den. Él les bendecirá tanto con provisión y protección (Reprenderé también por vosotros al devorador). La referencia a las ventanas de los cielos nos recuerda del hecho glorioso de la provisión en 2 Reyes 7, cuando Dios proveyó de una manera completamente inesperada. Dios tiene recurso de los cuales no sabemos nada, y a menudo no sirve de nada el tratar de descifrar – o preocuparse por ello – como Dios proveerá.

Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.