Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, ha declarado brillantemente la preeminencia del amor para los cristianos. Ahora, ya que el amor es lo más grande, debemos seguirlo. Pablo habló de la profecía y el don de lenguas solo en el contexto de los otros dones del Espíritu. Ahora, se enfocará en los dones de profecía y de lenguas, y en cómo deben funcionar en la vida del cuerpo de la iglesia. Obviamente, en la iglesia corintia, había un énfasis excesivo sobre las lenguas, y muy poco enfoque en la profecía. ¿Qué significa que alguien profetice? Pablo nos dirá mucho más acerca de la profecía en este capítulo. Sin embargo, sabemos que él no quiere decir que la profecía es idéntica a la predicación, porque había una palabra griega disponible para “predicar” (kerusso), y Pablo no usó esta palabra griega.
Con el don de lenguas, el hablante está dirigiéndose a Dios, no a los hombres. Hacer caso omiso de este versículo lleva a uno de los malentendidos más significativos con respecto al don de lenguas, creyendo que las lenguas son una forma sobrenatural de comunicarse “hombre a hombre” en lugar de “hombre a Dios.” Si malentendemos esto, malentendemos hechos 2 y pensamos que los discípulos estaban predicando a la multitud en lenguas en el día de Pentecostés. En vez de eso, ellos estaban hablando con Dios y la muchedumbre multinacional pudo escuchar sus alabanzas a Dios. El verso 11 de hechos dos dice, los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Luego, en el verso 46 describe cómo se escucha el don de lenguas: Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. Si entendemos mal esto, malentendemos lo que realmente está pasando cuando alguien intenta interpretar una lengua y dirige su mensaje a los hombres. Una verdadera interpretación del don de lenguas será dirigida a Dios, no a los hombres. Será una oración, una alabanza, o alguna otra comunicación hacia Dios. Podemos ser llevados a creer que el don de lenguas es solamente la habilidad de hablar otro idioma, y que de todo lo que Pablo está hablando es de interpretar el sermón del predicador en la lengua materna de alguien. Pero ¡nadie necesita interpretar el sermón del predicador para Dios! Debido a que esta simple afirmación es muy devastadora para la idea de que las lenguas son solo un idioma humano hablado para el beneficio de la humanidad, muchos de los que creen que los dones milagrosos han pasado batallan con este versículo. Algunos han intentado afirmar que Pablo aquí está hablando sarcásticamente, y está criticando a los cristianos de Corinto por usar el don de lenguas para hablar a Dios en lugar de a los hombres. Pablo usa mucho sarcasmo en las cartas a los Corintios, pero ciertamente no aquí. Pablo reconoció que normalmente, cuando alguien habla en lenguas, nadie más podía entenderlo. La razón es simple: con el don de lenguas, la intención es hablar con Dios y no con el hombre. Por lo tanto, está bien si nadie le entiende. Muchos han realizado análisis lingüísticos en personas hablando lenguas y han “concluido” que no están hablando un lenguaje “real”, sino solo parloteando tonterías. Por supuesto que suena como algo sin sentido para el oído humano, porque nunca fue diseñado para el oído humano. Pablo claramente dice, Pero el Espíritu habla misterios. No obstante, esto no significa que todo discurso inteligible es legítimamente el don de lenguas. Algunos, al no entender el don, pueden imitarlo, o fingirlo, solo para “probar” algo. En contraste con el don de lenguas, el don de profecía es dirigido a los hombres. Es Dios hablando naturalmente y algunas veces en forma sobrenatural a través de la gente hacia la gente. El don de profecía no solo es dirigido a los hombres, también es muy positivo en su carácter. Edificación es “construir.” Es un término de construcción, y habla de “edificar” nuestro ser en el Señor. Una palabra de profecía edificará a alguien, no lo hará pedazos. Exhortación es estímulo. Es como el discurso del entrenador en los vestidores, reuniendo al equipo para salir y llevar a cabo tal y como fueron entrenados para hacerlo. Una palabra de profecía animará a alguien, no lo desanimará. Consolación tiene la idea no solo de consolar, sino también de fortalecer. No solo llora con los que sufren, pone sus brazos alrededor de ellos y los fortalece para llevar la carga. Algunos erróneamente han pensado que Pablo dice esto como crítica. Pablo simplemente está hablando de la naturaleza del don de lenguas. Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios, y lo siguiente es que es un don para edificación propia, no edificación de la iglesia. Debido a que la profecía puede ser entendida por todos, una verdadera palabra de profecía edifica a todos. Pablo valoraba el don de lenguas en su propia vida (Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros, 1 Corintios 14:18), y quería que otros cristianos hablaran con lenguas. ¿Por qué Pablo quisiera que todos hablaran en lenguas? Sin duda, porque él sabía el valor de ellos en su propia vida. Pablo podía orar, e interceder más allá de su habilidad de entender y articular. ¡Pablo quería que cada cristiano supiera esta misma bendición! Pero, tan bueno como es el don de lenguas, Pablo ve el don de profecía como mejor para la iglesia como conjunto. ¿Por qué? Porque Él está más enfocado en lo que los corintios cristianos hacen cuando se reúnen como iglesia, que en lo que hacen en su propia vida devocional. Por tanto, ya que Pablo se está enfocando en cuando el cristiano corintio se reúne como iglesia, es claro porque él considera el don de profecía como mayor.
Pablo describe diferentes formas en que se puede comunicar que podrían ser edificantes para otros. Revelación: Pablo puede estar hablando de su propia consciencia de que él estaba siendo inspirado de forma única como apóstol. Debió haber ocasiones cuando Pablo supo, con su autoridad apostólica, que Su palabra eran directamente e infaliblemente de Dios. Ciencia: Pablo puede estar hablando de su propio conocimiento, o por medio de conocimiento sobrenatural dado por el Espíritu Santo. Como sea, la ciencia sería comunicada en el lenguaje común para todos, para que todos puedan aprovechar. Profecía: Pablo sabía que podía hablar por inspiración del Espíritu Santo, con un sentido de que sus pensamientos y palabras estaban siendo guiados y bendecidos por el Espíritu Santo. Doctrina: Pablo también pudo beneficiar a otros por medio de hablarles de las Escrituras mismas, enseñándoles cómo fue su patrón en las iglesias que fundó.
Los instrumentos musicales deben usar cierto tono y ritmo para comunicar una canción. Si no lo hacen, la música no es accesible para el oyente. Sonidos están surgiendo, pero no pueden ser entendidos. Lo mismo es cierto para una trompeta que diera sonido incierto. No es de ningún beneficio para otros. Puede que un niño sienta bien golpear un piano, y puede que le guste el sonido. Pero para alguien más, es desagradable. Aun así, alguien comunicándose con Dios con el don de lenguas puede ser bendecido, pero nadie más lo será. Por lo tanto, si alguien va a hacer un sonido incierto (hablar en lenguas para Dios), déjalos que lo hagan para ellos mismos, y no entre otros. Hablar en lenguas en una reunión de la iglesia no beneficia a nadie más; es simplemente poner sonidos en el aire, no en las mentes y corazones de otros. Puede satisfacer a algún curioso escuchar a alguien hablar en lenguas, pero no edifica espiritualmente. Podemos pensar que es “genial” escuchar a otros hablar en lenguas, pero eso es más una curiosidad del alma que una edificación espiritual.
El idioma mismo es un don de Dios. Podemos comunicarnos con un idioma porque somos hechos a imagen de Dios. Sabiendo que el lenguaje es un don de Dios, y todos los idiomas tienen un significado, podemos confiar que, si hablamos en lenguas, Dios entiende, incluso si nosotros o nadie más lo hace. El objetivo debe ser beneficio mutuo en las reuniones de la iglesia. Por lo tanto, si debe haber lenguas, debe haber interpretación, para que haya edificación. Si las lenguas están dirigidas a Dios, ¿Cómo puede ser edificante para otros una interpretación legítima? Del mismo modo que nuestra lectura de Salmos puede edificar. La oración, o alabanza, o plegaria de otro para Dios se puede identificar poderosamente con nuestro propio corazón delante de Dios, y podemos estar de acuerdo con lo que otro le dice a Dios.
Pastor Carlos Umaña Comunidad Cristiana Lifehouse.